Jamás he sido capaz de salir a hacer fotos acompañado de un lápiz y una libreta. Creo que lo intenté con los primeros rollos de blanco y negro hace años, supongo que aprendí lo básico y lo dejé.
Cuando he vuelto a trabajar en analógico sabía que tenía que hacer algo. Nueva cámara, nueva película, nuevo fotómetro… lo de nuevo es un decir, nuevos para mí, porque el equipo más reciente tiene unos 40 años. Demasiadas pruebas que hacer hasta conseguir exposiciones buenas. La solución fue tan fácil como efectiva: usar una pequeña cámara digital como fotómetro. Mientras los puristas se rasgan las vestiduras, os explico cómo trabajo y las ventajas que ha tenido para mí:
Con la cámara digital en manual, la configuro con el mismo ISO que la película que estoy utilizando, hago la medición que me interesa Y hago la foto. Después traslado la medición a la cámara analógica y hago la misma foto. Si pienso hacer varias exposiciones con distintas profundidades de campo, las hago tanto con la digital como con la analógica (en este punto, debo decir que de momento todo lo que hago con analógico lo hago con trípode y por tanto el ritmo de trabajo es bastante lento).
Ventajas:
Primero, me ahorro llevar el fotómetro de mano. Los fotómetros de mano son super chulos (sobre todo los míos: un gossen lunasix y un sekonik studio deluxe) y ligas un montón con ellos, pero hacer mediciones precisas para paisaje es muy difícil. Con la cámara digital no fallas. La cámara y la película pueden requerir algún ajuste, lo mismo que con un fotómetro, pero se aprende rápido.
Segundo, ¡me ahorro la libreta! La foto digital guarda todos los datos EXIF que necesito: velocidad, diafragma, iso, hora de captura, etc. Además, puedo usarla para tomar notas de campo, posibles localizaciones, etc. Es como un fotómetro, pero con vista previa y memoria.
Y la cámara ocupa menos que el fotómetro y la libreta juntos.
Actualmente trabajo con película de diapositivas, que hay que exponer para las luces, al igual que en digital y al contrario que en negativo. Cuando trabaje con negativo tendré que “echar el histograma a la izquierda”, en vez de a la derecha. Por lo demás, ¡está chupado!
Esto ha tenido otro efecto inesperado: la posibilidad de comparar las fotos digitales con las analógicas, lo cual tiene su morbo. Básicamente hay diferencias en la curva de respuesta y en el color. En algunas, la combinación de saturación y contraste de la provia es difícil de igual con la digital. En otras, pienso que hago el canelo por trabajar en analógico, con lo barato que saldría hacerlo todo en digital.
Ahora sólo me falta alguna manera de grabar la información del escaneado, pero esto es otra historia…
Algunas fotos están desenfocadas por un problemilla que tuve con la cámara, pero no afecta al color ni a la exposición. En cada pareja, la foto de la izquierda es la digital.